Todo acto, por sencillo que fuese, suele basarse en un hecho fundacional.
Siquiera puedo decir que el hecho fundacional que da inicio a este banal sitio de internet se loable o glorioso.
Se trata simplemente del hartazgo. Del cansancio ante la humillación constante. Del insulto a la inteligencia. De la impotencia que siento al darme cuenta que mi propio pueblo es indiferente ante su propia vejación.
De la perversa dictadura subversiva a la que estamos sometidos.
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